martes, mayo 01, 2007

RCTV MI ESCUELA



Todos los que de alguna forma hemos recibido gran parte de nuestra
formación profesional en RADIO CARACAS TELEVISIÓN,
tenemos el ineludible compromiso de darle nuestro más sincero apoyo
y solidaridad en este aciago momento por el que atraviesa.
Por ser nuestra querida y antigua casa también "estamos contigo".






Comencé los caminos de la comunicación cuando apenas era un simple estudiante de quinto año de bachillerato. Producía en Radio Nacional de Venezuela el programa semanal no remunerado “Las Dos Anécdotas”, que dramatizaba en quince minutos dos relatos sencillos extraídos de la historia de Venezuela. Tiempo después, me propuse dar el gran salto al medio radial competitivo y un día me presenté en “RADIOCENTRO CORAVEN” para solicitar trabajo. CORAVÉN (Corporación Radiofónica Venezolana), era un centro radial importante, pues reunía a las dos emisoras más antiguas y prestigiosas del país: RADIO CARACAS y ONDAS POPULARES.

Fui recibido personalmente por el Gerente de Producción, Alfredo Ferrara quien, a manera de prueba me puso por delante una máquina de escribir y me pidió que redactara los guiones para dos programas seleccionados al azar de la pauta diaria. Para mi satisfacción, fui aceptado como guionista, comenzando a devengar mi primer salario fijo, que no llegaba a los cuatrocientos bolívares mensuales. Fue ese un especial día porque me impuso un nuevo rumbo de vida, abriéndome un camino profesional que, aunque me apartó de mi vocación original de arquitecto, me ha llevado gratamente a través de las diversas disciplinas de la comunicación.

Así, en RADIOCENTRO CORAVEN, situado entre Barcenas y Río, di comienzo a mi carrera, formando parte de un selecto equipo integrado por guionistas de la talla de Don León Bravo, Salvador Garmendia, Miguel González, Laura Montero, José Antonio Ferrara, J. J. Hernández, Mauricio Gómez Leal, Pedro Zárraga y otros que de mi memoria escapan. En aquellas emisoras no había cabida para la improvisación. Para poder salir al aire era imprescindible que cada programa contase con un guión, el cual debía ser entregado al Departamento de Coordinación por lo menos veinticuatro horas antes La pauta diaria era un rico mosaico de programas de quince y treinta minutos. Nuestra labor consistía en redactar los textos que el locutor debía leer en cada presentación.

En CORAVEN escribí innumerables libretos para las audiciones en vivo de artistas como Juan Vicente Torrealba, el Trío Cantaclaro, Mario Suárez, Los Jiraharas, Marco Tulio Maristany y la Orquesta de Radio Caracas que dirigía el maestro Ulises Acosta. Durante mucho tiempo tuve la responsabilidad del Noticiero del Mediodía, que era un compendio de la prensa diaria.

Paralelo a esta actividad, comencé a narrar programas dramáticos de gran sintonía como “Los Ángeles de la Calle” y “Tamakún, el Vengador Errante”. Posteriormente me aventuré en la actuación radial, desempeñando papeles junto a consagradas estrellas como Jesús Maella, Ana Teresa Guinand, León Bravo, Héctor Hernández Vera, Héctor Monteverde, Margot Pareja, Hilda Vera, Amalia Pérez Díaz, Rosita Vázquez, Emilio Tuero, Jorge Lamas. Me sentí gratamente halagado con la amistad de grandes figuras como Pancho Pepe Cróquer, Henry Altuve, Amable Espina, Amador Bendayán, Marco Antonio Lacavalerie, Tomás Henríquez, Rafael Briceño, Víctor Saume, Raúl Sanz Machado, Alberto Betancourt, Eduardo Zárraga, Antonio Aragón, el maestro Eduardo Serrano, Carlos Fernández, Agustina Martín, Mirla Castellanos, Chuchín Marcano, Francisco Amado Pernía, Félix Cardona Moreno, René Estéves, Guillermo Rodríguez Blanco







Cierta mañana comenzó la ruidosa demolición del gran galpón contiguo a CORAVEN. Se estaba iniciando lo que muy pronto habría de ser el canal favorito de los venezolanos: RADIO CARACAS TELEVISIÓN.

Nos sentimos altamente motivados con el proyecto: ¡Íbamos a tener una planta de televisión! Un equipo formado por tantas figuras consagradas, aseguraba el éxito del enorme salto. Con Radio Caracas Televisión, CORAVEN ¡se alargaba los pantalones!.

En furtivos ratos robados a nuestras tareas diarias, fisgoneábamos la obra. Entre olores de cal y cemento, veíamos nacer estudios, cabinas de control, camerinos y vestuarios. En medio de tanta curiosidad y expectativa nos hacíamos numerosas preguntas que eran ampliamente respondidas por Armando Enrique Guía, Oscar Álvarez y Gustavo Lebrún, los ingenieros de planta responsables del proyecto.





En principio todos tendríamos cabida en la nueva casa. Los directivos de CORAVEN, ---entre los cuales estaban William H. Phelps, Guillermo Tucker, los hermanos Ricardo y Amable Espina--- agenciaron una rápida encuesta que tenía por objeto saber quienes deseaban trabajar en la nueva planta y cuáles eran las áreas que más les atraía. Esto dio pie a un cursillo de entrenamiento dictado por un profesor de apellido Bussalleu, especializado en la formación de personal para la TV. Su misión era enseñar los conocimientos básicos del funcionamiento de una planta de televisión. El curso tuvo lugar en el amplio Estudio 2 de CORAVEN que, junto al Estudio 1, era utilizado para programas con asistencia de público, como “A Gozar Muchachos” con la Billo´s Caracas Boys, presentado cada tarde por el “Musiú” Lacavallerie y Jesús Adolfo Maldonado.

Como aún no habían llegado las cámaras ni el resto de los equipos, el taller del profesor Busalleu fue puramente teórico. Recuerdo que, en cierta ocasión, para ilustrar los emplazamientos y movimientos de cámaras en un programa ficticio, utilizó dos grandes cajas de madera montadas en sendos trípodes. Como la televisión era un asunto de alta novedad, el Estudio 2 se llenaba con la asistencia masiva y curiosa del personal en pleno, incluyendo la plana mayor y la gerencia del futuro canal.

En los días ya cercanos a la inauguración, fuimos llamados los que habíamos expresado nuestro deseo de trabajar frente a las cámaras. Cuando llegó mi turno, me entregaron una cajetilla de cigarrillos “Camel” y me pidieron que improvisara un comercial. Fue aquello tan inesperado que no tuve tiempo para ensayo alguno. Cuando ví por primera vez la luz roja encendida de una cámara que me apuntaba, comencé a hablar nerviosamente sin parar, mostrando la pequeña cajetilla que tenía entre las manos. No recuerdo exactamente qué dije ni cuanto duró mi perorata, pero mi experiencia previa como guionista me ayudó a salir airoso.

Tanto fue, que Amable Espina, recién nombrado primer Director de Radio Caracas Televisión (ya lo era de Radio Caracas y Ondas Populares) me llamó a su oficina para informarme que, junto a Héctor Myerston, yo había sido seleccionado como locutor de planta, por lo cual debía gestionar sin pérdida de tiempo mi título de Locutor Comercial ante el Ministerio de Transporte y Comunicaciones. Mi sueldo sería de cuatrocientos cincuenta bolívares, los cuales, agregados a lo que ya ganaba en el departamento de producción de CORAVEN, hacía una no despreciable suma cercana a los novecientos bolívares mensuales.

Inmediatamente hice los trámites correspondientes ante el Ministerio, pero el tiempo pasaba sin que me fuese asignada la fecha del examen. Así llegó el gran día de la inauguración sin aún tener en mis manos el ansiado título. Y aquí debo reiterar mi eterna gratitud a Amable Espina, quién resolvió mantener vacante el puesto hasta que me fuese otorgado el título. Mientras tanto Héctor Myerston debía cubrir las dos guardias.






Cada día la Planta arrancaba a las cinco en punto de la tarde, con la vibrante marcha 1BC y cerraba a las once y treinta de la noche, a excepción de los días en que había Lucha Libre desde el Nuevo Circo de Caracas, en cuyo caso la transmisión se prolongaba hasta bastante después de media noche.

Casi todos los programas eran transmitidos en vivo, a excepción de algunos pocos “enlatados” que llegaban del exterior en formato de 16 mm., los cuales eran proyectados por enormes y ruidosos “telecines”.


El locutor de cabina, trabajaba en un pequeño estudio anexo al Control Maestro, provisto de una mesa, un micrófono, un par audífonos y un monitor. Debía realizar varias tareas específicas. Una de ellas era identificar la estación entre programa y programa, cada vez que aparecía el “patrón de planta” o logotipo del canal Es importante recordar que Radio Caracas Televisión comenzó a salir al aire a través del canal SIETE, cubriendo únicamente el área metropolitana. Posteriormente, al ser extendida la cobertura hacia el interior del país, se fueron creando estaciones repetidoras que transmitían por los canales TRES y DIEZ. Tiempo después, a RADIO CARACAS TELEVISION le fue asignado el canal DOS para el área metropolitana. Así la identificación de la planta la hacíamos del siguiente modo: “Radio Caracas Televisión, canales DOS, TRES, SIETE y DIEZ”

En esa época no existía el video tape y mucho menos los atractivos efectos digitales creados por computadora a los cuales hoy estamos tan acostumbrados. Los comerciales filmados eran escasos. Lo común era que fuesen leídos en vivo, lo cual constituía otra de nuestras tareas asignadas. Cada anunciante ilustraba su producto mediante un juego de tres o cuatro “cartones” que eran diseñados por las agencias publicitarias o en su defecto por el Departamento de arte de la planta. Estos cartones eran luego fotografiados a un tamaño parecido al de una postal, recibiendo el nombre de “TELUPS”. Estas pequeñas fotos eran insertadas en monturas metálicas en forma de disco que se acoplaban rápidamente a grandes proyectores especiales para opacos. Nosotros debíamos leer en vivo los textos correspondientes a cada imagen, a medida que aparecían en nuestro monitor

Cuando por alguna razón era suspendido un programa, la sustitución se hacía con los “enlatados” especialmente preparados para estos casos. Eran películas documentales narradas casi siempre en otro idioma. Debíamos leer, a veces a primera vista, el texto traducido al castellano, teniendo como guía la narración que escuchábamos por los audífonos en el idioma original. Los que recuerdo con mas agrado era una serie de excelentes documentales italianos de alto contenido artístico y cultural.

Otra de nuestras funciones era la presentación en cámara de ciertos programas, por lo cual siempre debíamos llegar debidamente trajeados con cuello y corbata. Entre ellos estaban "Gaby, Fofó y Miliqui” y “Uge y Juanito”, dos programas diarios infantiles protagonizados por payasos españoles que radicaban en el país mientras duraba su contrato con la planta. En estos programas nos alternábamos Mayerston y yo presentando cada tarde a los populares payasos, muchas veces incorporándonos a los diálogos y sketches .

También aparecían situaciones inesperadas. En cierta ocasión, estando de paso una destacada pianista alemana cuyo nombre ya no recuerdo, la planta abrió para ella un espacio en la programación de la noche y, cinco minutos antes, me encomendaron hacer la presentación en cámara de la distinguida artista.

Pero mi mayor apuro lo pasé cierta vez en que Pancho Pepe Cróquer no pudo llegar a tiempo al estelar programa “Festival Panamericano” que animaba, debido a un retraso de aerolínea, cuando regresaba de uno de sus tantos viajes al exterior como narrador deportivo.. Esa noche, a última hora, y preso de gran nerviosismo, encaré la tremenda responsabilidad de llenar ese gran vacío lo mejor que pude. Nunca olvidaré que en esa ocasión se presentó Don Pedro Vargas acompañado por la orquesta de RADIO CARACAS TELEVISION. Para esa fecha, Renny Ottolina apenas comenzaba en el canal presentando El Farol TV, que patrocinaba todos los domingos la Creole Petroleum Corporation.





Estas presentaciones que formaban parte de mi trabajo como locutor de planta, dieron pié a otras nuevas, esta vez remuneradas. La primera de ellas fue la aparición como “extra” en el programa semanal “El Inspector Nick”, una serie de corte detectivesco, cuyos libretos eran adquiridos para ser escenificados en vivo por actores venezolanos. Esta serie que dirigía Antonio Rodríguez, era protagonizada por Luís Salazar. Mi primera presentación en dicho programa consistió en pasar delante de la cámara, trajeado con sombrero y abrigo, fingiendo ser un transeúnte en una callejuela de Nueva York. Esa actuación me incorporó al staff del programa, para representar varios papeles secundarios, junto a América Alonso y Enrique Failace, quienes muy pronto habrían de convertirse en renombradas figuras de la actuación.

También en esa fase inicial de RADIO CARACAS TELEVISION, fui contratado como locutor en cámara por diversas agencias publicitarias. Entre los productos que anuncié mencionaré estos tres de especial significación para mí: Plumas Parker, comercial en vivo en el SHOW DE LAS DOCE con Victor Saume, que era transmitido desde el estudio que RCTV tenía en el Pequeño Teatro del Este en Plaza Venezuela. Otra fue mi participación como locutor de los comerciales en el estelar programa EL SHOW DE ALDEMARO ROMERO, que patrocinaba la recién inaugurada línea aérea VIASA Y por último citaré un interesante programa semanal llamado USTED Y SU CÁMARA que patrocinaba la firma Caraballo Gramko, que incluía interesantes tips sobre el hobby de la fotografía. Durante uno de estos comerciales apareció por primera vez en la TV, actuando como modelo, la que luego se convertiría en una insigne primera actriz, la siempre recordada Eva Moreno.

Durante seis intensos años compartí gratos momentos no sólo con las grandes figuras anteriormente nombradas que provenían de Radio Caracas Radio, sino también con muchas otras que entraron posteriormente al canal: Renny Ottolina, Zoe Ducós Marina Baura, Alfonso Alvarez Gallardo, Alfredo Ledesma, Ezequiel Suarez Avendaño, Héctor Cabrera, Oscar Hernández, Eva Blanco, Ana Teresa Cifuentes, Carlos Márquez, Cecilia Martínez, Nestor Luis Negron, Freddy Reyna, Peggy Walker, José Luis Sarsalejo y tantos más de iguales méritos

Era la época de otros populares programas también dignos de mencionar: Valores Humanos, Ciclorama, El Show de Renny, Radio Rochela Televisión, La Perfecta Ama de Casa, Niño Dibuja con Félix, Que Lindo es Quererse, Monte Sus Cauchos Good Year, Reloj de Arena, Fiesta Fabulosa, Feria de la Alegría, Sábado Monumental y muchísimos más de una larga lista de grandes éxitos que resulta imposible de citar acá.






Para concluir este rápido relato de mi primer paso por RCTV, no puedo dejar de mencionar el incidente que me toco vivir durante los días que precedieron al 23 de Enero de 1958. En la noche del 20 había una gran tensión en el país. Mi guardia como locutor de planta terminaba a las 10 en punto pero, en lugar de salir inmediatamente, decidí permanecer durante algunos minutos más para conocer los últimos rumores que corrían, donde se aseguraba que las emisoras de la capital serían tomadas por las fuerzas del gobierno de un momento a otro. Igualmente llegaban comentarios acerca de la huelga general que habría de estallar al día siguiente. Justo en el preciso momento en que me disponía a salir, irrumpió en el Control Maestro un grupo de civiles armados, que se identificaron como agentes de la temida Seguridad Nacional. La planta había sido tomada y a partir de ese momento nadie podría entrar ni salir, debiendo considerarnos detenidos. Sin embargo, aprovechando la confusión del primer momento, muchos de los compañeros que se encontraban en las otras áreas de la planta, lograron escabullirse sin ser notados. No corrimos igual suerte los que fuimos sorprendidos en el Control Maestro, pues precisamente desde allí, era enviada la señal a los transmisores de antena ubicados en la Colina. Por ser el único personal que quedaba para mantener en el aire la señal, fuimos objeto de la más estrecha vigilancia, teniendo restringido el acceso a las otras áreas del edificio.

Esa noche no pudimos dormir. Nos llegaban noticias de fuertes represiones en la ciudad. Se escuchaban lejanos disparos ocasionales pero bastante intensos y de cierta duración. Pronto arribaron más soldados que fueron distribuidos estratégicamente por todo el edificio.

Así arribó el día 21. La huelga general había estallado. El gobierno decretó toque de queda. RADIO CARACAS TELEVISION mantenía en el aire el patrón de planta con música clásica de fondo. Yo era el único locutor allí presente, por lo cual debía leer, bajo amenaza, unas veces desde la cabina y otras en cámara, los innumerables comunicados que llegaban del gobierno. En otras oportunidades se nos obligaba a entrar en cadena con la Televisora Nacional para transmitir las alocuciones de altos personeros del régimen.

La noche de 21 fuimos objeto de aislados disparos de fusil por parte de un misterioso y solitario francotirador, hábilmente oculto, que mantenía en vilo a las fuerzas del gobierno que ocupaban la planta. Cuando menos se esperaba se producía la fuerte detonación y sentíamos el impacto de la bala en la fachada. Esto mantenía muy nerviosos a los soldados y los agentes de la SN que no podían ponerse al descubierto por temor a ser abatidos.

El día 22, por la tarde, sucio y barbudo, aprovechando un descuido de los agentes de la SN, bajé al nivel de calle y, no encontrando a nadie vigilando la entrada, me aventuré a caminar hacia la acera de enfrente. Allí había una pequeña puerta que daba acceso a la parte trasera del garaje en donde estacionábamos nuestros vehículos. La traspuse rápidamente. Bajé la escalera que conducía al nivel de la otra calle. Entre en mi carro. Encendí el motor y salí tranquilamente rumbo a mi casa en La Pastora. Atravesé de sur a norte la desierta ciudad. Era la víspera de un día histórico que señalaría el fin de otra oprobiosa dictadura.

RADIO CARACAS TELEVISION, conservo mucho recuerdos gratos de aquellos días en que tuve la suerte de ser parte activa de tu historia. ¡Jamás te podrán sacar del corazón de Venezuela….!



Mucho apreciaremos sus comentarios acerca de éste artículo. Puede ser reproducido libremente siempre y cuando sea mostrado en su contexto total, indicando el nombre de su autor y origen, agregando el enlace: http://aurelianoalfonzo.blogspot.com

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4 Comments:

At 11:42 p. m., Blogger Nelly Tsokonas said...

Señor Auereliano Alfonzo: Muy buena crónica y muy sentida de lo que fue RCTV.

Si mal no recuerdo las primeras novelas patrocinadas por Palmolive creo, las protagonizaron Elvira Mayo y Enrique Failacce.

Muy bien describe usted esa hemosa marcha de Radio Caracas de Carlos Bonnet, como "vibrante marcha 1BC". Increíblemente llevo tiempo tratando de conseguirla en Google y en todos los buscadores y nada. Ni siquiera está disponible en la página web de RCTV. Ojalá usted pudiese hacerle llegar al canal la sugerencia de ponerla a la disposición de todos en su página.
Reciba un cariñoso saludo y no deje de seguir llenando este espacio con su excelente crónica.
Nelly Tsokonas.

 
At 9:42 p. m., Blogger Unknown said...

SALUDOS SR ALFONZO, PERMITAME PRESENTARME SOY ARMANDO ENRIQUE GUIA NIETO, ES UN PLACER PARA MI CONTACTACTARLO, ESTOY TRATANDO DE RECOPILAR INFORMACION PROFESIONAL Y PERSONAL DE MI ABUELO A FIN DE HACER ALGUN DIA SU BIOGRAFIA SERIA DE MUCHO VALOR SUS COMENTARIOS, EN FACEBOOK HE CREADO UN GRUPO LLAMADO SEGUIDORES DEL DR ARMANDO ENRIQUE GUIA DONDE ESPERO QUE LAS PERSONAS QUE LO CONOCIERON APORTEN DATOS SOBRE EL, SERIA UN GRAN ORGULLO SI UD PARTICIPARA, PUEDE CONTACTARME POR CORREO DOCGUIA@GMAIL.COM.

ATTE

DR ARMANDO ENRIQUE GUIA ELIAS

 
At 11:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

gracias.....no se como expresar lo que siento al conseguir la música de Jacinto Perez en la red.

gracias amigo.

 
At 12:23 p. m., Blogger trinchera-multitemas said...

En el año 1961, junto con mi hermano Miguel y un amigo ecuatoriano, visitamos a RCTV, para investigar si era posible instalar una "repetidora" en la Zona de Caicara del Orinoco, en el Estado Bolívar. nos entrevistamos con el Ing. Armando Enrique Guía, quien nos dijo en tono jocoso que si teníamos 1 millón de Bs, entrabamos en el negocio...hasta allí llegó nuestra participación e inquietud.

 

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